En este mundo hay una sola verdad que Jesucristo no la niega antes por lo contrario nos advierte. En este mundo cada vez los tiempos serán más difíciles. 2 Timoteo 3: 1-3 “También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. 2 porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, 3 sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno”
Cuando miramos a nuestro alrededor solo encontramos
injusticia, maldad y lo más doloroso es que mucha de esa maldad se la vive
entre los que nos llamamos cristianos, entre las mismas iglesias cristianas hay
rivalidad.
Es inevitable sentirnos muchas veces impotentes frente a lo que sucede.
V3 “¿Por qué me haces ver iniquidad, y haces que vea
molestia? Destrucción y violencia están delante de mí, y pleito y contienda se
levantan.”
Muchas veces hasta llegamos a pensar que el mal
está triunfando sobre el bien. V 4 “Por lo cual la
ley es debilitada, y el juicio no sale según la verdad; por cuanto el impío
asedia al justo, por eso sale torcida la justicia.”
La situación es tan terrible que en algunas
ocasiones nos atrevemos a pensar que Dios no nos escucha. V 2 “¿Hasta cuándo, oh Jehová, clamaré, y no oirás; y daré
voces a ti a causa de la violencia, ¿y no salvarás?”
Dios permite que tengamos dificultades para probar
nuestro corazón, cuando lo tenemos todo es fácil decir que somos fieles.
Deuteronomio 8: 2 “Y te acordarás de todo el camino
por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en el desierto, para
afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de
guardar o no sus mandamientos.”
Es más, una verdadera amistad solo es probada
cuando la relación está pasando por alguna dificultad, en las discusiones es
cuando se sabe que hay en el corazón del otro. Hay un proverbio oriental que
dice: no puedes decir que es tu amigo si antes no has peleado con él.
Solo cuando pasamos escases podemos experimentar el
poder de un Dios proveedor. Deuteronomio 8: 3 “Y te
afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías
tú, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan
vivirá el hombre, más de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre.”
Dios no quiere que pasemos necesidades, pero Cuando
lo tenemos todo y en abundancia muchas veces nos olvidamos de quien fue el que
nos dio. Deuteronomio 8: 11- 14 “Cuídate de
no olvidarte de Jehová tu Dios, para cumplir sus mandamientos, sus decretos y
sus estatutos que yo te ordeno hoy; 8:12 no suceda que comas y te sacies, y
edifiques buenas casas en que habites, 8:13 y tus vacas y tus ovejas se
aumenten, y la plata y el oro se te multipliquen, y todo lo que tuvieres se aumente;
8:14 y se enorgullezca tu corazón, y te olvides de Jehová tu Dios, que te sacó
de tierra de Egipto, de casa de servidumbre;”
Es verdad que los tiempos son difíciles, pero con
Jesucristo tenemos la victoria asegurada. Juan 16: 33 “Estas cosas os he hablado para que
en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad yo he vencido,
al mundo.”
Dios no nos evita los ataques ni los momentos
difíciles, pero si nos promete su protección. Y Si él está con nosotros quien
en nuestra contra. Jeremías 1: 19 “Y pelearán
contra ti, pero no te vencerán; porque yo estoy contigo, dice Jehová, para
librarte.”
El mundo vivirá en agonía hasta que reconozca que
Jesucristo es la solución y acepte su soberanía.
