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Lucas 10. Sirve con buena Actitud

 

Marta y María son dos mujeres de fe extraordinarias. Eran hermanas y vivían con su hermano Lázaro, quien el Señor resucitó después de haber estado cuatro días muerto. Vivían en una pequeña aldea llamada Betania, situada a unos pocos kilómetros de Jerusalén.

No se sabe muy bien cómo es que Jesús se hizo amigo de estos hermanos, pero los tres llegaron a amar al Señor y confiar en él. Jesús encontraba consuelo y descanso en casa de ellos, y llegaron a tener una estrecha amistad. Juan nos dice que “Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro”

Marta era una mujer muy hospitalaria y muy práctica, se ocupaba de que todos sus invitados estuvieran bien atendidos y se “preocupaba con muchos quehaceres” v 40 a “Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres,

Si a tu casa llegan visitas inesperadas a las cuales amas, la primera reacción que puedes tener es servirles o atenderles, esto es algo normal en una persona hospitalaria como lo era Martha.

Sin embargo, María se sentó a escuchar con atención las palabras de Jesús. V 39 “Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra.”

Las dos actuaron bien, porque servirle y oírle son actividades buenas, pero Marta tenía un problema. Ella se enfadó con su hermana hasta el punto de regañarla públicamente por no ayudarla, La queja de Marta incluso se extiende a Jesús. V 40 b “y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude.”

No era el servicio de Marta lo que estaba mal, sino su actitud en el servicio. Lo que molesta a muchas personas no es lo que decimos, lo que en realidad molesta es nuestra mala actitud cuando hacemos las cosas.

En la iglesia podemos servir de corazón, hacemos bien nuestro trabajo como ujieres, Danzas, alabanza o cualquier otro servicio que estemos prestando.

Lo malo de muchos de nosotros es que lo que hacemos, lo hacemos con una cara de amargura, lo hacemos con una actitud como de obligación.

Esta mala actitud daña todo nuestro buen servicio, sea en la iglesia, en la casa o en cualquier otro lugar de la sociedad donde vivimos.

La respuesta de Jesús la dejaría sin palabras. Él le reprendió de una manera tan tierna y cariñosa como un buen padre a su hija. V 41 “Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas

Quería hacerle entender que, aunque era justificado preparar comida para los invitados, su enfado era injustificado. Todos los seres humanos tenemos dones y habilidades diferentes, si Martha había decidido servir a Jesús de esa forma, tenia que disfrutarlo, sin criticar el servicio de maría.

María decidió alabar y adorar a Jesús mientras Martha prefería atender a la gente, en la iglesia hay personas que les gusta enseñar, preparar material evangelístico a otros les gusta decorar el salón, atender a los necesitados, visitar a los enfermos, las dos formas de servicio son válidos, necesarios y agradables a Dios, lo que daña nuestro servicio es nuestra mala actitud.

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