Una relación de pareja sana se basa en la comunicación efectiva, el respeto mutuo, el apoyo emocional, y una buena actividad sexual lo que contribuye al bien estar emocional de ambos. V 3 “El marido cumpla con la mujer el deber conyugal, y asimismo la mujer con el marido.” El "deber conyugal" es un término que se refiere a la obligación que tienen los cónyuges de mantener relaciones sexuales entre ellos, dentro de una relación matrimonial consentida por ambos. Esta obligación es una forma de mantener la intimidad y la unión en la pareja. Es importante mencionar que esta obligación no es obstáculo para el respeto, la solidaridad y el amor que debe existir en una relación sana.
Este versículo nos recuerda que el
compromiso en el matrimonio no solo se trata de mantener el amor y la
fidelidad, sino también del mantenimiento de la intimidad física. V 5 “No os neguéis el uno al otro, a no
ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la
oración; y volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de
vuestra incontinencia.”
El
cumplimiento del deber conyugal es una forma de mantener la salud sexual y
emocional de la pareja.
Además, el
cumplimiento del deber conyugal nos ayuda a fortalecer nuestra relación, a
crear un espacio de comunión entre ambos, y a mantener viva la llama del amor
en nuestra pareja.
Como tener una relación de pareja sana.
1. Soportando las aflicciones. V 28
“Mas también si te
casas, no pecas; y si la doncella se casa, no peca; pero los tales tendrán
aflicción de la carne, y yo os la quisiera evitar.” La pareja
feliz no es aquella que no tiene problemas. La pareja feliz es aquella que sabe
darles un buen manejo a las dificultades.
2. Agradándose del uno al otro. V
32-34 “Quisiera,
pues, que estuvieseis sin congoja. El soltero tiene cuidado de las cosas del
Señor, de cómo agradar al Señor; pero el casado tiene cuidado de las cosas del
mundo, de cómo agradar a su mujer. Hay asimismo diferencia entre la casada y la
doncella. La doncella tiene cuidado de las cosas del Señor, para ser santa así
en cuerpo como en espíritu; pero la casada tiene cuidado de las cosas del
mundo, de cómo agradar a su marido.” Los casados tenemos que aprender
a repartir nuestro tiempo en complacer a Dios en primer lugar y después a
nuestra pareja.
Muchas parejas abandonan a sus
parejas de manera emocional porque no tienen equilibrio o porque todo lo
satanizan.
Un matrimonio feliz no es aquel
donde no hay dificultades o diferencias. El matrimonio feliz es aquel que sabe
manejar las diferencias y controlar las dificultades.
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