En este capítulo, el apóstol Pablo revela una verdad profunda y conmovedora: él tenía un “aguijón en la carne”, una aflicción que le hacía sentir débil y que definió como “un mensajero de Satanás que lo abofeteaba”. Este pasaje ha sido tema de reflexión para muchos creyentes que, como Pablo, enfrentan pruebas, enfermedades o ataques espirituales y se preguntan: ¿por qué Dios permite esto en mi vida?
Pablo no oculta el origen de su
aguijón: era una forma de ataque espiritual, pero también reconoce que
fue permitido por Dios con un propósito redentor. Esta aparente
contradicción no es nueva en las Escrituras. Job también fue atacado por el
enemigo, pero con el permiso de Dios, para llevarlo a una revelación
más profunda.
Es importante comprender la
diferencia entre que Dios cause una prueba y que la permita. En muchos casos,
Dios permite ciertas circunstancias difíciles no para destruirnos, sino
para formarnos, fortalecernos y llevarnos a depender más de su gracia
La razón por la cual Dios permite
que tengamos agujones en nuestra carne es para que no nos creamos más que los
demás, lo seres humanos por lo general cuando lo tenemos todo nos volvemos
orgullosos y dejamos que nuestro corazón se dañe. V 7 “Y para que la grandeza de las
revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne,
un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera;”
Como vivir con el Agujón.
1. Entendiendo que Cristo se
manifiesta en nuestras Debilidades. V 9 “Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se
perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en
mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.”
2. Manteniendo una buena actitud
frente a los problemas. V 10 “Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en
necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces
soy fuerte.”
3. Nunca te creas menos que los
demás. V 11 “Me he
hecho un necio al gloriarme; vosotros me obligasteis a ello, pues yo debía ser
alabado por vosotros; porque en nada he sido menos que aquellos grandes
apóstoles, aunque nada soy.” nadie es inferior a otro somos diferentes por lo
tanto tenemos habilidades diferentes.
4. Reconoce que en ti suceden
milagros a pesar de los sufrimientos. V 12 “Con todo, las señales de apóstol han sido hechas entre
vosotros en toda paciencia, por señales, prodigios y milagros.”
5. Deléitate en lo que haces sin
esperar algo a cambio. V 15 “Y yo con el mayor placer gastaré lo
mío, y aun yo mismo me gastaré del todo por amor de vuestras almas, aunque
amándoos más, sea amado menos.”
6. Nunca dejes que otros dañen tu
naturaleza de Cristo. V 18-19 “Rogué a Tito, y envié con él al hermano. ¿Os engañó acaso Tito? ¿No hemos
procedido con el mismo espíritu y en las mismas pisadas? ¿Pensáis aún que nos
disculpamos con vosotros? Delante de Dios en Cristo hablamos; y todo, muy
amados, para vuestra edificación.”
7. Que la Decepción nuca te
detenga. V 20-21 “Pues
me temo que cuando llegue, no os halle tales como quiero, y yo sea hallado de
vosotros cual no queréis; que haya entre vosotros contiendas, envidias, iras,
divisiones, maledicencias, murmuraciones, soberbias, desórdenes; que cuando
vuelva, me humille Dios entre vosotros, y quizá tenga que llorar por muchos de
los que antes han pecado, y no se han arrepentido de la inmundicia y
fornicación y lascivia que han cometido.” no siempre las personas van a
obrar de la forma como tú lo haces o como tal vez tu esperas.
Los seres humanos todos somos
diferentes unos aprenden más rápido que otros, unos cambian su manera de ser
para bien y otros no lo quieren hacer, que el mal comportamiento de los demás
no afecte tu buen comportamiento.
Todos tenemos un agujón o algún faltante en nuestra vida, la única forma de poderlo soportar es estando seguros que si Cristo lo permite es para nuestro bien y para nuestra edificación. Nunca te separes de Cristo y podrás soportar lo que Dios permita para tu vida.
ESCUCHA NUESTRA RADIO CLIK AQUÍ
