El gozo es un sentimiento de alegría profunda que trasciende las circunstancias. En la biblia, el gozo se describe como una manifestación del espíritu y una parte esencial de la vida cristiana. El gozo tiene un significado especial en el contexto bíblico, ya que es mucho más profundo que simplemente sentir alegría superficial. El gozo va más allá de las circunstancias y se encuentra arraigado en una relación íntima con Dios.
Es importante mencionar que el gozo no depende de nuestras
circunstancias externas, sino de nuestra relación con Dios. Como dice Romanos
14:17, “Porque el reino de
Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo”.
Este versículo nos muestra que el gozo verdadero proviene del Espíritu Santo
que habita en nosotros como creyentes.
El gozo como la tristeza es una emoción que se trasmite o se
contagia, si las demás personas incluyendo los miembros de la iglesia nos ven servirle
a Jesús con alegría a pesar de las dificultades, ellos también aprenderán a
gozarse en las tribulaciones. V 6 “Y vosotros vinisteis a ser imitadores de nosotros y del Señor,
recibiendo la palabra en medio de gran tribulación, con gozo del Espíritu Santo,”
Si dejamos que el espíritu santo nos de fortaleza y nos llene
de su gozo podremos ser ejemplo para las personas nuevas que llegan a los pies
de Cristo.
Para que la iglesia dependa plenamente de Cristo y aprenda a
sentir gozo a un en los momentos de dificultad, es necesario que no solo les
compartamos la palabra, también es necesario orar para que sean llenos del espíritu
santo. V 5 “pues nuestro
evangelio no llegó a vosotros en palabras solamente, sino también en poder, en
el Espíritu Santo y en plena certidumbre, como bien sabéis cuáles fuimos entre
vosotros por amor de vosotros.”
El apóstol Pablo se dio cuenta que la congregación vivía en tristeza
porque el era quien les trasmitía ese sentimiento.
Por esta razón el tomo la decisión de ya no ir a los hermanos
con tristeza y cambiar su manera de ser. 2corintios 2: 1-2 “Esto, pues, determiné para
conmigo, no ir otra vez a vosotros con tristeza. 2Porque si
yo os contristo, ¿quién será luego el que me alegré, sino aquel a quien yo
contristé?”
Como queremos que los demás se comporten con nosotros de esa
manera tenemos que comportarnos con ellos. Si queremos que ellos nos den alegría
debemos darles o trasmitirles alegría. Mateo
7: 12 “Así que, todas las
cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced
vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas.”
La alegría, el gozo o la tristeza se genera en nuestra mente,
si queremos actuar con alegría debemos llenar nuestra mente con pensamientos de
alegría o positivos. Filipenses 4: 8 “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto,
todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si
hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.”
El recibir los problemas con alegría posiblemente no los
resuelve, pero si nos fortalece para poderlos sobrellevar y nos da la paz
necesaria para encontrar la solución.
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