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Hageo 1. Sembrando en la casa de Dios

 

La mejor forma de vivir en armonía en nuestro hogar es ayudando al mantenimiento de nuestra casa, es decir debemos ser consientes que los pagos de servicios o arreglo de la vivienda no solo es responsabilidad de nuestros padres.

Debemos estar pendientes del cuidado de la vivienda, haciendo aseo, pintando. Etc.

El pensar en los veneficios que obtenemos al vivir en ella debería despertar en nosotros sentimientos de agradecimiento que nos ayudan a participar con alegría.

Lo que hagamos en la casa de nuestros padres no es un gasto, es una siembra o inversión, esto genera bendiciones en nosotros.

A nivel espiritual sucede lo mismo, en la casa de Dios es decir en el lugar donde nos congregamos recibimos muchos beneficios, bendiciones de parte de Jesucristo, ayuda de los pastores y lideres a nivel de oración, consejería y acompañamiento.

Esto debería también generar en nosotros sentimientos de agradecimiento que nos conducen a querer ayudar con alegría, en el cuidado del lugar, reconocimiento económico de quienes dedican su vida a preparar alimento para alimentarnos espiritualmente. Etc.

El diezmar, el ofrendar y dar primicias no debería ser una carga, deberíamos verlo como una siembra o una inversión que Dios nos devuelve con Creces.

El pueblo de Dios recibía muchos milagros, pero el ayudar con el sostenimiento del templo siempre lo dejaban en segundo lugar. V 2 “Así ha hablado Jehová de los ejércitos, diciendo: Este pueblo dice: No ha llegado aún el tiempo, el tiempo de que la casa de Jehová sea reedificada.

El decir de mucha gente es que Dios no come, y tienen toda la razón, Dios no come, pero los siervos de Dios quienes han dejado todo para servir en la obra si comen y tienen necesidades.

Con ese pretexto nos preocupamos solo de pedirle a Dios recursos para arreglar nuestra casa y nos descuidamos o abandonamos la casa del señor. V 4 “¿Es para vosotros tiempo, para vosotros, de habitar en vuestras casas artesonadas, y esta casa está desierta?

Si tú eres de los que piensa de esa manera. Dios te invita a que pienses muy bien lo que estás haciendo. V 7 “Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad sobre vuestros caminos.”

La orden de Dios es categórica: preocúpense de mi casa. Y arreglar su casa significa encárguense de su mantenimiento. Arriendos, servicios, salarios etc. V 8 “Subid al monte, y traed madera, y reedificad la casa; y pondré en ella mi voluntad, y seré glorificado, ha dicho Jehová.

La razón por la que hay escases en muchas casas de los cristianos es porque no se preocupan por la casa de Dios. La casa de un cristiano está ligada a la casa de Dios. V 9-11 “Buscáis mucho, y halláis poco; y encerráis en casa, y yo lo disiparé en un soplo. ¿Por qué? dice Jehová de los ejércitos. Por cuanto mi casa está desierta, y cada uno de vosotros corre a su propia casa.

1:10 Por eso se detuvo de los cielos sobre vosotros la lluvia, y la tierra detuvo sus frutos.
1:11 Y llamé la sequía sobre esta tierra, y sobre los montes, sobre el trigo, sobre el vino, sobre el aceite, sobre todo lo que la tierra produce, sobre los hombres y sobre las bestias, y sobre todo trabajo de manos
.”

El temor a Dios se manifiesta en el cuidado de su casa aquí en la tierra. El adorar a un Dios que no se ve y que no nos demanda nada físico es muy fácil. V 12 “Y oyó Zorobabel hijo de Salatiel, y Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, y todo el resto del pueblo, la voz de Jehová su Dios, y las palabras del profeta Hageo, como le había enviado Jehová su Dios; y temió el pueblo delante de Jehová.”

Solo un espíritu despierto puede entender la importancia de sembrar en la obra de Dios aquí en la tierra. V 13- 14 “Entonces Hageo, enviado de Jehová, habló por mandato de Jehová al pueblo, diciendo: Yo estoy con vosotros, dice Jehová.  1:14 Y despertó Jehová el espíritu de Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y el espíritu de Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, y el espíritu de todo el resto del pueblo; y vinieron y trabajaron en la casa de Jehová de los ejércitos, su Dios,

Si quieres cosechar en abundancia nunca te olvides de sembrar en la obra de Dios, el de vuelve al uno por mil, siembra no por interés, siembra por agradecimiento por lo recibido.

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