Dios es un padre maravilloso que quiere lo mejor para nosotros.
Dios desde el principio preparo la tierra para que
pudiéramos ser felices en ella, nos hizo un paraíso maravilloso.
El primer hombre Adán mientras permaneció en
sujeción, es decir bajo la soberanía de Dios pudo disfrutar de ese lugar
maravilloso.
Nada le hacía falta todo lo tenía, lo único que debía hacer para seguir
disfrutando de esa hermosa maravilla era estar en obediencia.
Desde los tiempos de Adán en el corazón de los
hombres solo hay rebeldía, no nos gusta someternos a nuestras autoridades, sean
políticas, religiosas o en el hogar.
El mundo cada día va más en decadencia porque no le
gusta la corrección, los hogares donde llevados por el modernismo ya no
corrigen a sus hijos se puede ver el deterioro, cada vez hay hogares destruidos
y otros a punto de destruirse.
Entre más rebeldes somos, menos nos gusta la
corrección. V 2 “No escuchó la voz, ni recibió la
corrección; no confió en Jehová, no se acercó a su Dios.”
Queremos un Dios que nos permita nuestra maldad,
queremos llegar al cielo, pero por el camino ancho, queremos viajar cómodos. Y
buscamos profetas y sacerdotes iguales a nosotros. V 4 “Sus profetas son livianos, hombres prevaricadores; sus sacerdotes
contaminaron el santuario, falsearon la ley.”
Queremos un Dios que haga muchos milagros pero que
no se meta con nuestra forma de vivir, queremos ser cristianos, pero seguir
viviendo igual que antes de conocer de Cristo, hoy en día ha crecido en gran
manera las personas que han recibido a Cristo, pero ha reducido sustancialmente
el número de cristianos convertidos, hoy la gente busca pastores que les hablen
lo que les gusta escuchar. 2 Timoteo 4: 3- 4 “Porque
vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que, teniendo comezón
de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, 4:4 y
apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.”
Dios nos corrige para no tener que destruirnos,
pero preferimos hacernos los sordos, es mejor pensar en un Dios que no castiga.
V 7 “Dije: Ciertamente me temerá; recibirá
corrección, y no será destruida su morada según todo aquello por lo cual la
castigué. Mas ellos se apresuraron a corromper todos sus hechos.”
Si aceptamos la corrección podremos llegar a ser
como en el principio, seremos puros. V 9 “En aquel
tiempo devolveré yo a los pueblos pureza de labios, para que todos invoquen el
nombre de Jehová, para que le sirvan de común consentimiento.”
Llegará el día en que busquemos a Dios más para
adorarle que para solo pedirle. V 10 “De la región
más allá de los ríos de Etiopía me suplicarán; la hija de mis esparcidos traerá
mi ofrenda.” Jesucristo está buscando adoradores en espíritu y en
verdad. Juan 4: 23 “Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos
adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre
tales adoradores busca que le adoren.”
Llegará el día en que seremos humildes delante de
Dios, una persona que solo busca a Dios para exigirle milagros no es una
persona humilde. V 12 “Y dejaré en medio de ti un
pueblo humilde y pobre, el cual confiará en el nombre de Jehová.”
Solo si aceptamos la corrección de Dios podremos
cambiar nuestra manera de vivir. V 13 “El remanente
de Israel no hará injusticia ni dirá mentira, ni en boca de ellos se hallará
lengua engañosa; porque ellos serán apacentados, y dormirán, y no habrá quien
los atemorice.”
La corrección
no es un castigo, la corrección es la capacidad de redireccionar y mejorar lo
que somos y hacemos, la corrección es el camino a la Perfección.
