Todos los seres humanos de una o de otra forma siempre buscamos ser felices el problema es que por mucho que lo intentamos no lo podemos conseguir.
Siempre consideramos que seremos
supremamente felices el día en que nuestros sueños se hagan realidad.
Nuestros sueños pueden ser de
manera espiritual conseguir la salvación o de manera secular conseguir lo que
consideramos nos hace falta.
La palabra de Dios nos cuenta la
historia de un personaje que quería alcanzar su sueño la salvación. V 16 “Entonces vino uno y le dijo: Maestro
bueno, ¿qué bien haré para tener la vida eterna?”
Al igual que muchos de nosotros él
ya había hecho todo lo posible para lograrlo. V 18-20 “Le dijo: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No
matarás. No adulterarás. No hurtarás. No dirás falso testimonio. Honra a tu
padre y a tu madre; y, Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El joven le dijo:
Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta?”
Al parecer la vida de este joven
era ejemplar no daba nada de qué hablar, tenía una vida decente.
Entre todas las cosas buenas que el
hacía le faltaba algo que es la base para la verdadera felicidad. ¡Compartir! V 21 “Jesús le dijo: Si quieres ser
perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en
el cielo; y ven y sígueme.”
El compartir es algo que nos cuesta
poner en práctica por lo general el egoísmo termina ganándonos. V 22 “Oyendo el joven esta palabra, se fue
triste, porque tenía muchas posesiones”
Que podemos compartir. Hay muchas
cosas que podemos compartir con los demás, pero en esta ocasión solo
estudiaremos tres cosas importantes para lograr la felicidad.
1. Amor. Mateo 22: 39 “Y el segundo es semejante: Amarás a
tu prójimo como a ti mismo.” el amor se representa en acciones tales como el
abrasar o expresar palabras agradables. Muchas personas les es más fácil dar
todo lo que hay en su billetera que dar un abrazo. Tus hijos y tu pareja
necesitan que les expreses tu amor.
Por lo general son más las mujeres
las que se quejan de la frialdad de su pareja, ellas quieren oír de su esposo
decir que la ama, pero la mayoría de los hombres damos por hecho que ellas ya
lo saben.
2. Tiempo. Proverbios 22: 6 “Instruye al niño en su camino, Y aun
cuando fuere viejo no se apartará de él.” la única forma de instruir a
nuestros hijos o a nuestros seres queridos es si les dedicamos tiempo. Nuestros
hijos más que nuestro dinero, ellos nos quieren a nosotros.
3. Cosas materiales. 1 Timoteo 5: 8
“porque si alguno
no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y
es peor que un incrédulo.” no solo de amor vive el hombre, así que es necesario
que también compartamos con nuestros seres queridos lo que logramos con nuestro
trabajo, de qué sirve trabajar duro si no tenemos con quien compartir.
Las personas egoístas por lo
general terminan quedándose solas. Tú tienes mucho que dar no te lo guardes
para ti. Recuerda que no hay entierro con trasteo, en la tumba no te sirve para
nada todo el amor y los bienes que tienes guardados.