Todos quienes hemos recibido a Jesucristo en nuestro corazón no solo obtenemos salvación y vida eterna para nosotros, también pasamos a ser siervos de Dios portadores de sanidad.
La palabra de Dios es medicina para
nuestra alma. Y lógicamente es para los
enfermos. V 12 “Al
oír esto Jesús, les dijo: Los
sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos”
No se trata tan solo de compartir
el evangelio o la palabra de Dios de manera automática, muchas personas tienen excelente
capacidad para memorizar la palabra, además de conocer la palabra también es
necesario vivirla.
Como ser portadores de Sanidad.
1. Desarrollando la Misericordia. V
13 “Id, pues, y
aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he
venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento.”
misericordia es perdonar a quien merece castigo. Nuestra labor de paramédicos
espirituales o ayudas para Cristo en el proceso de salvación cada vez es más
ineficiente. La razón:
1.1. Huimos
de los pecadores. Nos da miedo contaminarnos.
1.2.
Señalamos e enjuiciamos a quienes han pecado. Nuestra labor es ayudarlos a
restaurar y no condenarlos sometiéndolos al escarnio público.
2. Buscando enfermos espirituales.
V 35 “Recorría
Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y
predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en
el pueblo” nosotros hacemos todo lo contrario, cuando nos enteramos
que alguien de la Iglesia cayo en pecado lo acabamos de matar con nuestros
comentarios.
3. Teniendo compasión por los
perdidos. V 36 “Y al
ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y
dispersas como ovejas que no tienen pastor.” nuestro trabajo de verdaderos
cristianos es arduo.
3.1.
Tenemos que rescatar perdidos.
3.2.
Tenemos que ayudar para los que están bien no caigan.
3.3.
Tenemos que Restaurar a quienes ya han caído o se han equivocado.
4. Orando para que cada vez surjan
más cristianos comprometidos con la salvación del mundo, que huyan del pecado,
pero no del pecador. V 37-38 “Entonces dijo a
sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, más los obreros
pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies”
Ser cristiano es mucho más que tan
solo congregarnos en algún lugar a la espera de un milagro. Ser cristiano es
ser obrero de Cristo dispuesto a luchar por salvar almas en lugar de
condenarlas por su error.
