La historia del rico y lázaro asido tema de discusión y polémica entre teólogos y estudiantes bíblicos.
Algunos argumentan que esta historia
no es real, tan solo es una historia que le permitiría a Jesús enseñar de una manera
más didáctica y fácil de comprender.
Esta narrativa sugiere que podría
ser una parábola con un mensaje espiritual profundo, la historia contrasta la
vida de un hombre que vive en lujo y opulencia con la vida de un mendigo que
sufre y anhela. V 19-21 “Había
un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día
banquete con esplendidez. 20Había también un mendigo llamado
Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquél, lleno de llagas, 21y
ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros
venían y le lamían las llagas.”
La parábola ilustra principios
fundamentales sobre la justicia divina, la responsabilidad humana y la
consecuencia de nuestras acciones morales.
Por más que tengamos en
abundancia y nuestra condición de vida sea la mejor nunca debemos creer que no vamos
a necesitar de los demás, las personas que menos esperamos y con menos condiciones
que las nuestras pueden ayudarnos. V 24 “Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí,
y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi
lengua; porque estoy atormentado en esta llama.”
La historia tan bien nos recuerda
que las cosas que hagamos a favor de los demás las debemos hacer sin espera
nada a cambio. V 25 “Pero
Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro
también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado.”
Si nosotros hacemos favores
esperando el agradecimiento de los demás ya tenemos nuestra recompensa. Mateo 6:
1-2 “Guardaos de hacer
vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra
manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos.
2Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante
de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser
alabados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.”
Esta historia nos enseña que todo
lo que sembremos es lo que cosecharemos, si tenemos misericordia de los demás ellos también la tendrán
de nosotros.
la ley de la siembra y la cosecha es
inevitable tarde o temprano se cumplirá en nosotros o en nuestros seres querido.
Gálatas 6: 7 “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que
el hombre sembrare, eso también segará.”
Toda semilla está hecha para dar
fruto y lo más importante es que toda semilla da fruto multiplicado.
Lo que nosotros le hagamos a los demás
es lo que los demás nos harán a nosotros, como quieres que el día de mañana te
traten los demás de esa forma es como los debes tratar. Mateo 7: 12 “Así que, todas las cosas que
queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con
ellos; porque esto es la ley y los profetas.”
Toda acción tiene una reacción, todo
lo que hacemos sea bueno o malo genera consecuencias, como quieres vivir con
los demás es tu decisión.
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