Seguir a Jesucristo es mucho mas que tan solo congregarnos en algún lugar.
Ser cristiano es estar dispuesto a dejar todo
por él. Lucas 14: 26 “Si
alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y
hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo.”
Valentía y lealtad: José de Arimatea demostró valentía al pedir al gobernador romano Pilato el cuerpo de Jesús para un entierro digno, desafiando las convenciones Sociales
de la época. José estuvo dispuesto a enfrentarse a todos los que estaban en
contra por ayudar a Jesús. V 51 “Este, que también esperaba el reino de Dios, y no había consentido en
el acuerdo ni en los hechos de ellos”
Para renunciar a todo aquello que
nos aleja de los planes y la soberanía de Jesús se necesita valentía. No es fácil
renunciar a todo aquello que aunque es malo nos acompañado por muchos años.
Fe y devoción: A pesar de su posición y riqueza, José de Arimatea mostró su fe y devoción hacia Jesús, actuando con un profundo amor y compasión por el Maestro. V
50 “Había un varón llamado
José, de Arimatea, ciudad de Judea, el cual era miembro del concilio, varón
bueno y justo.”
Jesucristo
no solo quiere que lo busquemos por interés de un milagro, el también quiere
que lo busquemos por amor.
Honra y respeto: Su acto de enterrar a Jesús en su propia tumba, un sepulcro nuevo, refleja su respeto y honor hacia Jesús, incluso en momentos de gran tensión y miedo. V
53 “Y quitándolo, lo
envolvió en una sábana, y lo puso en un sepulcro abierto en una peña, en el
cual aún no se había puesto a nadie.”
El reclamo de Jehová a sus
sacerdotes es que a pesar de que lo ven como un padre no lo honran como tal. Malaquías
1: 6 “El hijo honra al
padre, y el siervo a su señor. Si, pues, soy yo padre, ¿dónde está mi honra? y
si soy señor, ¿dónde está mi temor? dice Jehová de los ejércitos a vosotros, oh
sacerdotes, que menospreciáis mi nombre. Y decís: ¿En qué hemos menospreciado tu
nombre?”
Dedicación a la fe: José de Arimatea es un ejemplo de la dedicación a la fe que puede llevar a actos de valentía y generosidad, incluso en situaciones difíciles.
Las mujeres estaban dispuestas a
dar lo mejor por Jesucristo. V 56 “Y vueltas, prepararon especias aromáticas y ungüentos; y descansaron
el día de reposo, conforme al mandamiento.” Esto nos debe enseñar y motivar a darle a Jesucristo
lo mejor de nuestro tiempo y de todos nuestros dones.
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