Las personas de éxito son aquellas que saben que conseguir lo que se quiere no es fácil.
Cada vez que queremos conseguir
algo nos vamos a encontrar con diferentes impedimentos a los cuales tenemos que
renunciar.
A que cosas tenemos que renunciar para lograr lo que nos
proponemos.
1. Lo que tocamos. V 43 “Si tu mano te fuere ocasión de
caer, córtala; mejor te es entrar en la vida manco, que teniendo dos manos ir
al infierno, al fuego que no puede ser apagado” nuestras manos son
transmisoras de emociones, dependiendo de lo que toquemos es lo que sentimos.
·
1.1.a través de nuestras manos es como tomamos
lo que nos pertenece, pero también podemos tomar lo que no es nuestro es decir
lo prohibido.
2.Caminos de perdición. V 45 “Y si tu pie te fuere ocasión de
caer, córtalo; mejor te es entrar a la vida cojo, que teniendo dos pies ser
echado en el infierno, al fuego que no puede ser apagado” nuestros pies
son quienes nos llevan por caminos de bendición o de maldición.
·
2.1. Los caminos de perdición son cortos y
agradables, los caminos de bendición son largos, se necesita vivir procesos.
3.Lo que miramos. V 47 “Y si tu ojo te fuere ocasión de
caer, sácalo; mejor te es entrar en el reino de Dios con un ojo, que teniendo
dos ojos ser echado al infierno,” nuestra mente se alimenta de lo que
miramos.
·
3.1.estamos mirando cosas que nos edifican o
estamos mirando cosas que nos empobrecen mentalmente y Espiritualmente.
Cuando recibimos a Jesucristo en
nuestro corazón nuestra esencia de triunfador se activa y se cumple la palabra
en nosotros: V 23 “Jesús le
dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible.”
Cada equivocación que cometemos o
cada vez que cedemos al pecado nuestra esencia se ve trastocada. V 50 “Buena es la sal; más si la sal se
hace insípida, ¿con qué la sazonaréis? Tened sal en vosotros mismos; y tened
paz los unos con los otros”
La esencia de la sal es sazonar,
darle sabor a todo alimento, nuestra esencia es darle sabor a este mundo
desabrido por la maldad, pero si esa esencia se pierde en nosotros, pasamos a
ser inservibles.
La única forma de entregarnos a
algo o de entregarnos de lleno a cumplir nuestro propósito es renunciando a
todo aquello que nos impide avanzar.
Ser discípulo de Jesucristo no es
fácil él nos exige renunciar a todo lo que nos impide servirle. No quiere que abandonemos
a nuestra familia, pero si, el servirle debe ser nuestra prioridad. Lucas 14: 26
“Si alguno viene a mí, y no
aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun
también su propia vida, no puede ser mi discípulo.”
Si queremos prosperar en todo lo
que hacemos debemos renunciar a todo lo que nos impide avanzar, la pereza, el desánimo,
el desorden. Etc. Cada uno de nosotros debemos saber a qué debemos renunciar.
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