Este maravilloso privilegio de ser hijos de Dios, solo estaba concedido a su pueblo.
Pero ellos lo despreciaron y no lo aceptaron. V 11 “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron.” Esto hizo que nosotros los que nol éramos su pueblo recibiéramos a Jehová como padre en adopción. Gálatas 4: 5 “para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.” Ahora todos podemos llegar a ser hijos de Dios.
Como llegamos a ser hijos de Dios.
1. Recibir a Jesús en nuestro
corazón. V 12 a “Mas a
todos los que le recibieron,” el acto de recibirlo consiste en dejar que el haga
cambios en nuestra vida. Esto es parecido a lo que sucede cuando tu intentas
descargar un programa en tu computador, si no le autorizas hacer cambios no lo
puedes descargar. Si no le autorizamos a Jesús hacer cambios en nuestra vida no
podemos ser hijos de Jehová.
2. Creer ciegamente en Jesús. V 12
b “a los que creen
en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;” este
creer tiene que ir ligado del recibirlo en nuestro corazón. Creer sin permitir
que Cristo actué en nuestra vida no sirve para nada ya que creer puede creer
cualquiera hasta los demonios creen Santiago 2: 19 “Tú crees que Dios es uno; bien
haces. También los demonios creen, y tiemblan.”
Que significa ser hijos de Dios.
1. Asumir mayor responsabilidad.
Una persona que no tiene nada por nada tiene que responder, pero a medida que
vamos escalando, son más las cosas por las cuales tenemos que responder. Cuando
estábamos en el mundo nadie nos exigía, ahora que somos hijos de Dios estamos
en la mira de todos para señalarnos.
2. Permitir algunos cambios en
nosotros. Veamos algunos cambios importantes en nosotros.
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2.1. Nacer de nuevo. Juan 3: 7 “No te maravilles de que te dije: Os
es necesario nacer de nuevo.” tenemos que estar dispuestos a comenzar de nuevo.
En el mundo hay un adagio que dice “Borrón y cuenta nueva”
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2.2. Cambiar nuestra manera de pensar. Filipenses 4: 8
“Por lo demás,
hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo
puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si
algo digno de alabanza, en esto pensad.” la forma de pensar de un
pordiosero es muy diferente a la forma de pensar de un príncipe o hijo de Dios.
Nuestros pensamientos deben ser de prosperidad, de triunfo y de progreso. De
nuestra manera de pensar depende que tengamos una vida de éxito o tengamos una
vida de fracaso.
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2.3. Cambiar nuestra manera de Hablar. Efesios 4: 31 “Quítense de vosotros toda amargura,
enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia.” nuestra
manera de hablar debe ser acorde a lo que decimos que somos. Un pordiosero
puede hablar de cualquier manera un príncipe o princesa su forma de hablar debe
ser refinada y sazonada. Efesios 4: 29 “Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la
que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.”
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2.4. Cambiar nuestra actitud. Nuestra forma de
comportarnos dice quiénes somos y que hacemos. Filipenses 1: 27 “Solamente que os comportéis como es
digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté
ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo
unánimes por la fe del evangelio,”
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2.5. Esforzarnos por ser mejores. Romanos 12: 11 “En lo que requiere diligencia, no
perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor;” tú no
puedes pretender pertenecer a l mejor equipo de futbol siendo tú el peor
jugador. Si quieres pertenecer al mejor equipo de futbol tienes que demostrar
que eres el mejor jugador.
Muchas personas quieren pertenecer
a la mejor iglesia del mundo, pero ellos no son precisamente los mejores
cristianos del mundo. Cuando un mediocre llega pertenecer a la mejor iglesia,
al mejor grupo o el mejor equipo, lo daña. Las instituciones son las mejores
porque quienes las conforman son los mejores.
Pero sabes que es lo mejor, lo
único que tú y yo tenemos que hacer es disponernos, por que Jesucristo hace
todo. Él nos da un nuevo corazón, una nueva mente y un nuevo espíritu para que
lo podamos conseguir. Ezequiel 36: 26-27 “Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de
vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón
de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis
estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.”
Que hermoso que tú y yo podamos
llegar a ser hijos de Dios, pero recuerda que esto no solo significa ser
herederos del Reino, también significa que adquirimos compromisos que nos
identifican como hijos de Dios.
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