El concepto de Jesús volcando mesas desafía la visión predominante del "Jesús amable", el maestro benigno que prefiere el mundo moderno. Aunque Jesús es "amable", también muestra una ira justa cuando es apropiado. V 15 “Y haciendo un azote de cuerdas, echó fuera del templo a todos, y las ovejas y los bueyes; y esparció las monedas de los cambistas, y volcó las mesas;” En los círculos cristianos contemporáneos, la frase Jesús volcó las mesas se utiliza para comunicar la naturaleza de Jesús y contrarrestar la representación moderna distorsionada del Hijo de Dios como un hombre insípido y débil que se dedicaba a la "paz" y el "amor" y nunca a la corrección o el juicio.
Jesús estaba enojado porque encontró personas que estaban dándole
al templo un mal uso. V 14 “y halló en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a
los cambistas allí sentados”
Jesús establece la norma de la bondad, pero hay momentos
apropiados para no ser "amables". Hay momentos en los que no podemos
simplemente "seguir la corriente para llevarnos bien". Debemos seguir
el ejemplo de Jesús y enfrentarnos al abuso y la injusticia, especialmente
dentro de la Iglesia. Cuando la reputación de Dios está en juego, y cuando la
gente está siendo explotada, debemos actuar.
Jesús no podía permitir que en el templo se hagan cosas
inapropiadas. V 16 “y
dijo a los que vendían palomas: Quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa de
mi Padre casa de mercado.” Las palomas y las ovejas que se daban en sacrificio debían ser las
mejores y no estar maltratadas.
Los que acudían al templo ya no criaban a sus ovejas, ya no
daban lo mejor, ahora regateaban precio para dar lo mas barato. Las ovejas ya
no se las llevaba en los hombros para no ser estropeadas y dar las mejores,
ahora como se llevaban en manadas para vender, su condición no era la mejor ahora
estaban maltratadas por las largas camitas.
El templo es el lugar donde damos lo mejor de nosotros, lo
mejor de la Adoración y la alabanza, muchos cristianos llegan a las carreras,
tarde cuando el culto se va a terminar, no escuchan con atención ni tampoco
tuvieron tiempo para postarse a darle lo mejor en Adoración y oración.
Muchos con la disculpa que ya esta tarde prefieren no acudir
al templo y de esta forma poco a poco se les hace costumbre no congregarse. Hebreos
10: 25 “no dejando de
congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto
más, cuanto veis que aquel día se acerca.”
Hoy en día ya no llevamos al templo palomas y ovejas, ahora
nosotros somos el sacrificio que llevamos a la hora del culto. Romanos 12: 1 “Así que, hermanos, os ruego por
las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo,
santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.”
Ya que nosotros somos el
sacrificio deberíamos preguntarnos; como estamos delante de Dios, como le
estamos ofreciendo nuestra alabanza, si le damos lo mejor o al igual que en la antigüedad
también le estamos dando un mal uso al templo y no nos preocupamos por nuestra
buena relación con Dios.
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