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Juan 9. De quien es la Culpa

 

Hay una diferencia muy grande entre las personas de éxito y las personas de fracaso. Las personas de éxito son aquellas que están preparadas para asumir sus responsabilidades.

Las personas de fracaso por lo general son aquellas que cuando tienen una dificultad o algo de lo que estaban haciendo les salió mal, inmediatamente buscan a quien echarle la culpa.

Reaccionamos, así como mecanismo de defensa para eliminar cualquier tipo de responsabilidad.

Por este motivo nunca salen de su vida de fracaso. Esta costumbre de buscar siempre culpables también se extiende a lo espiritual.

En cierta ocasión Jesús pasaba junto a un ciego y los discípulos le preguntaban sobre quien era el culpable para estar ciego. V 2 “Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego?

Es muy común que muchos cristianos aseguren que el sufrimiento, la enfermedad o cualquier otro dolor es por culpa de la persona.

Cuando un cristiano se enferma o algo malo le pasa los comentarios son: algo malo habrá hecho, que pecado habrá cometido. Estos comentarios nos convierten en personas juzgadoras y calumniadoras.

Jesús les explica que muchas de las cosas que nos pasan no es culpa de nadie, simplemente tenían que pasar y ya que pasaron Jesucristo las utiliza para bien de quien las padece. V 3 “Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él.”

Algunos cristianos creen que desde que entraron en la vida cristiana las cosas le empezaron a ir mal, estos siempre viven desanimados y pronto dejan de seguir a Jesús.

Para Jesucristo los hijos no deben pagar por los errores de los padres ni los padres deben pagar por los errores de los hijos. Deuteronomio 24: 16 “Los padres no morirán por los hijos, ni los hijos por los padres; cada uno morirá por su pecado.

El entender que cada quien es responsable de lo que hace permite que nos cuidemos y hagamos las cosas con más cuidado.

El creer que los demás deben pagar por nuestras equivocaciones hace que vivamos en una zona de confort y no hagamos nada por mejorar. En lo económico quien no es responsable gasta más de lo que gana, derrocha lo que tiene.

El entender que hay cosas que no depende de nosotros, que simplemente pasan porque tienen que pasar hace que no nos sintamos culpables.

El sentimiento de culpa sin control hace que no avancemos en lo que queremos lograr, una persona con sentimiento de culpa se estanca, se estresa y se llena de complejos de inferioridad.

Si quieres progresar y convertirte en un a persona de éxito no busques culpables, no te culpes a ti mismo ni a Dios. Simplemente asume tu responsabilidad y Actúa con fe y esperanza.

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