Hay una diferencia muy grande entre las personas de éxito y las personas de fracaso. Las personas de éxito son aquellas que están preparadas para asumir sus responsabilidades.
Las
personas de fracaso por lo general son aquellas que cuando tienen una
dificultad o algo de lo que estaban haciendo les salió mal, inmediatamente
buscan a quien echarle la culpa.
Por este motivo nunca salen de su
vida de fracaso. Esta costumbre de buscar siempre culpables también se extiende
a lo espiritual.
En cierta ocasión Jesús pasaba
junto a un ciego y los discípulos le preguntaban sobre quien era el culpable
para estar ciego. V 2 “Y le
preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres,
para que haya nacido ciego?”
Es muy común que muchos
cristianos aseguren que el sufrimiento, la enfermedad o cualquier otro dolor es
por culpa de la persona.
Cuando un cristiano se enferma o
algo malo le pasa los comentarios son: algo malo habrá hecho, que pecado habrá cometido.
Estos comentarios nos convierten en personas juzgadoras y calumniadoras.
Jesús les explica que muchas de
las cosas que nos pasan no es culpa de nadie, simplemente tenían que pasar y ya
que pasaron Jesucristo las utiliza para bien de quien las padece. V 3 “Respondió Jesús: No es que pecó
éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él.”
Algunos cristianos creen que desde
que entraron en la vida cristiana las cosas le empezaron a ir mal, estos
siempre viven desanimados y pronto dejan de seguir a Jesús.
Para Jesucristo los hijos no
deben pagar por los errores de los padres ni los padres deben pagar por los
errores de los hijos. Deuteronomio 24: 16 “Los padres no morirán por los hijos, ni los hijos por
los padres; cada uno morirá por su pecado.”
El entender que cada quien es
responsable de lo que hace permite que nos cuidemos y hagamos las cosas con más
cuidado.
El creer que los demás deben
pagar por nuestras equivocaciones hace que vivamos en una zona de confort y no
hagamos nada por mejorar. En lo económico quien no es responsable gasta más de
lo que gana, derrocha lo que tiene.
El entender que hay cosas que no
depende de nosotros, que simplemente pasan porque tienen que pasar hace que no
nos sintamos culpables.
El sentimiento de culpa sin
control hace que no avancemos en lo que queremos lograr, una persona con
sentimiento de culpa se estanca, se estresa y se llena de complejos de inferioridad.
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