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1 corintios 11. No Hagas indigna la cena del Señor

 

Jesucristo nos invita a que debemos conmemorar la muerte y resurrección de Jesucristo, con el fin de recordar que Jesucristo ya nos hizo libres a través de su sacrificio.

Este acontecimiento debe ser un acto donde nos lleva a recordar el maravilloso sacrificio de Jesucristo por lo cual deberíamos estar eternamente agradecidos con él.

El problema es que muchos cristianos en la antigüedad y hoy en día han   perdido el respeto por este acto.

Primera de Corintios es una carta correctiva e instructiva de Pablo a la iglesia de Corinto. Una de las cuestiones que Pablo aborda es la manera en que la gente tomaba la comunión. A menudo, la comunión iba acompañada de un "banquete de amor", o comida de confraternidad, lo que significaba que la comunión era más un "acontecimiento" de lo que es en muchas iglesias de hoy. En la iglesia algunos se saciaban en el banquete, mientras que otros se quedaban con hambre. Algunos incluso se emborrachaban. V 21 “Porque al comer, cada uno se adelanta a tomar su propia cena; y uno tiene hambre, y otro se embriaga.”

La gente no se servía unos a otros, ni compartían apropiadamente las provisiones: comían los alimentos que ellos mismos traían y, si alguien no podía traer mucho, se quedaba sin comer. La separación entre ricos y pobres era evidente.

Como consecuencia de la injusticia y la glotonería que rodeaban la comunión, Pablo dice que en realidad ni siquiera estaban comiendo la Cena del Señor. La gente no trataba la comunión como una ordenanza sagrada instituida por Jesús. En lugar de recordar el sacrificio de Jesús, la comunión se convirtió en un medio de auto gratificación, lo que aumentó las divisiones entre los cristianos corintios.  V 20 “Cuando, pues, os reunís vosotros, esto no es comer la cena del Señor.

Tras describir la situación y explicar cómo debe ser la comunión, Pablo escribe: V 27-29 “De manera que el que coma el pan o beba la copa del Señor indignamente, será culpable del cuerpo y de la sangre del Señor. Por tanto, examínese cada uno a sí mismo, y entonces coma del pan y beba de la copa. Porque el que come y bebe sin discernir correctamente el cuerpo del Señor, come y bebe juicio para sí"

Pablo nos recuerda que la Sena del señor es un momento donde nos lleva a corregir nuestra mala forma de comportarnos, en este momento podemos arrepentirnos de nuestras equivocaciones y sobre todo nos lleva a la reconciliación no solo con Jesucristo, también con nuestros hermanos o semejantes. V 31-32 “Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados; 32mas siendo juzgados, somos castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo.” En esencia, Pablo está pidiendo a la gente que haga un "chequeo del corazón" antes de la comunión. ¿Tienen el corazón en el lugar correcto? ¿Están comiendo para recordar el sacrificio de Cristo y participar en comunidad? ¿Están divididos entre sí o unidos en Cristo? ¿Están realmente celebrando la comunión, o solo satisfacen egoístamente sus propios apetitos?

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