La tentación es la instigación que induce el deseo de algo. Puede tratarse de una persona, una cosa, una circunstancia u otro tipo de estímulo. La tentación está asociada a la seducción y la provocación.
En el ámbito religioso, la
tentación es la incitación a pecar por parte del Diablo (también conocido como Satanás o el Demonio). El Diablo puede provocar al ser humano para que haga o deje de hacer algo,
aprovechando la debilidad intrínseca del hombre para
alejarlo de Dios.
Lo primero que tenemos que entender es que las tentaciones son algo que ocurre de manera diaria, es algo que se encuentra a nuestro entorno. Podríamos decir que nadie se escapa de la Tentación.
Cristo pasó
como hombre por todas las tentaciones que hoy tenemos. Él fue hecho carne y
habitó entre nosotros, siendo tentado en todo, pero sin pecado. Cristo no
conoció pecado, Cristo puede compadecerse de nuestras debilidades, no de
nuestros pecados. Hebreos. 4: 14-15; “Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que
traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. 4:15 Porque no tenemos un
sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que
fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.”
La clave para
no caer en tentación es reconocer nuestras debilidades, hay muchos que creen
que por ser cristianos ya están libres de caer en tentación, y por esta razón
muchas veces son los primeros en caer. 1 corintios 10: 12 “Así que, el que piensa estar firme, mire que no
caiga.”
Reconocer
cuáles son nuestras debilidades hace que nos cuidemos y no nos confiemos la
tentación no es pecado, caer en ella es pecado.
Dios es
nuestro protector y el no permite que seamos tentados mas allá de nuestras
fuerzas. V 13 “No os
ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no
os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también
juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.”
Dios nos ha
dado el poder para vencer la tentación, tenemos dominio propio. 2 Timoteo 1: 7 “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía,
sino de poder, de amor y de dominio propio.”
El pecado o la
tentación siempre van a estar presente en nuestra vida pero no puede
dominarnos. Génesis 4: 7 “Si
bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la
puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él.”
Las
tentaciones no siempre son de carácter sexual. Hay muchas tentaciones en las
cuales un cristiano puede caer:
1. Idolatría.
No de imágenes, idolatría a la comida, a los hombres, a tu misma belleza. 1 corintios
10: 7 “Ni seáis idólatras, como algunos de
ellos, según está escrito: Se sentó el pueblo a comer y a beber, y se levantó a
jugar.”
2.
Fornicación. Relación sexual entre una pareja que no se ha casado. V 8 “Ni forniquemos, como algunos de ellos fornicaron, y
cayeron en un día veintitrés mil.” Algo que es muy común entre muchos cristianos
modernos.
3. Tentar a
Dios. Muchos cristianos se atreven a retar a Dios. Muchos no oran exigen un
milagro. V 9 “Ni tentemos al Señor, como también
algunos de ellos le tentaron, y perecieron por las serpientes.”
4.
Murmuración. Cualquier comentario que hagamos a espaldas de nuestros hermanos
es murmuración. V 10 “Ni
murmuréis, como algunos de ellos murmuraron, y perecieron por el destructor.”
Hay cosas que
tal vez si podemos hacer, pero no nos conviene. Porque sin saber podemos caer
en tentación de hacer algo que no se debe. V 23 “Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no
todo edifica.”
No digas o no hagas nada que no sirva para edificar tu vida y la de los demás. Si en tu mente hay algo que sabes no le agrada a Dios o que no sirve para edificar, deséchalo de inmediato antes que lo lleves a la práctica y de esta forma se convierta en pecado.
ESCUCHA NUESTRA RADIO CLIK AQUÍ
