La reconciliación con Dios es un proceso espiritual fundamental que restaura la relación entre el ser humano y su creador a través del sacrificio de Jesucristo. La reconciliación con Dios se refiere a la restauración de la relación entre la humanidad y Dios, que se ha visto afectada por el pecado, la biblia enseña que todos hemos pecado y como resultado estamos separados de la presencia de Dios, sin embargo, a través de la obra redentora de Jesucristo en la cruz, se nos ofrece la posibilidad de restaurar esta relación rota.
Por el pecado del hombre todos los
seres humanos estábamos separados con Dios. Isaías 59: 2 “pero vuestras iniquidades han hecho
división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de
vosotros su rostro para no oír.”
Por nuestras propias fuerzas o
acciones nos era imposible restaurar esa relación maravillosa entre Jehová y
los seres humanos, por esta razón Jesucristo muere para a través de él, poder
llevar a cabo esa reconciliación con Dios. V 19 “que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al
mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a
nosotros la palabra de la reconciliación.”
Jesucristo murió por todos, nadie o
ninguna organización religiosa tiene la exclusividad de salvación. V 15 “y por todos murió, para que los
que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.”
El propósito de la reconciliación
es hacer todas las cosas nuevas es decir tener la capacidad de volver a
empezar. V 17 “De
modo que, si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas
pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.”
Solo estando reconciliados con Jehová es como nuestra vida
puede cambiar, el nos da un nuevo corazón. Ezequiel 36: 26 “Os daré corazón nuevo, y pondré
espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de
piedra, y os daré un corazón de carne.”
En este mundo constantemente tenemos dificultades, problemas,
decepciones que dañan nuestro corazón, nos hacen insensibles, con deseos de
venganza, odio y muchos otros males que solo Jesucristo al darnos un nuevo
corazón nos hace sanos.
Ahora todos quienes hemos sido
reconciliados con Cristo a través de su palara también tenemos el ministerio de
la reconciliación, es nuestro deber como cristianos anunciar el evangelio de
salvación a toda criatura no importa si se congrega con nosotros o no. V 18 “Y todo esto proviene de Dios,
quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la
reconciliación;”
Ahora nosotros los reconciliados
por Cristo, en agradecimiento debemos seguir plantando la palabra de Dios en el
corazón de la humanidad. V 19 “que
Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a
los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la
reconciliación.”
Al ser reconciliados con Dios nos
convertimos en sus embajadores aquí en la tierra y a través de todos los medios
posibles, debemos hacer que millones de personas se reconcilien con Jehová a
través de recibir a Jesucristo en su corazón. V 20 “Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si
Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos
con Dios.”
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