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2 corintios 4. Hablando siempre de Cristo

 

Cuando Jesucristo resucitó les dijo a sus discípulos que fueran por todo el mundo y hablaran de su amor. Fue muy claro al decir que su mensaje era para todas las personas, sin importar la edad, el sexo, la religión, el color de la piel ni tampoco la situación social, económica o cultural.

¡Murió en la cruz para que todos los seres humanos pudiéramos conocer a Dios y comenzar una nueva vida!

Desde entonces, los seguidores de Jesús a través de la historia han compartido las buenas noticias de su amor y perdón con muchísima gente. Gracias a eso, un gran número de hombres y mujeres ha tenido la alegría de recibir a Dios en su vida.

Jesucristo a todos nos dio la misión de compartir de su palabra, pero a muchos también nos dio el ministerio de hacer que la gente de todo el mundo también entienda la palabra de Dios y para poderlo lograr es necesaria nunca desmayar. V 1 “Por lo cual, teniendo nosotros este ministerio según la misericordia que hemos recibido, no desmayamos.”

Para poder cumplir con el ministerio, es necesario anunciar la palabra, pero sin tener ninguna pretensión personal. V 2 “Antes bien renunciamos a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino por la manifestación de la verdad recomendándonos a toda conciencia humana delante de Dios.”

Cuando predicamos la palabra de Dios de acuerdo a como a la gente le gusta escuchar solo para tenerla contenta y retenerla, estamos adulterándola.

La verdadera palabra no pretende tener contenta a la gente, el verdadero evangelio es Luz que guía nuestro caminar y a muchos manipulados por satanás no les gusta. V 4 “en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.

Nuestra misión es hacer conocer a Cristo no hacernos famosos nosotros, nosotros debemos menguar para que Cristo crezca. V 5 “Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor, y a nosotros como vuestros siervos por amor de Jesús.”

Cuando tomamos la decisión hablar de Jesucristo inmediatamente el mundo quiere angustiarnos para callarnos, pero Jesucristo no permite que nos desesperemos. V 8 “que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados;

La desesperación hace que una persona no piense con claridad, su buen comportamiento cambia y esto lo lleva a tomar malas decisiones que lo llevan al fracaso.

Hablar de Jesucristo hace que muchas personas nos desprecien y nos quieran callar haciéndonos sentir solos, pero tenemos la seguridad de que Jesucristo nunca permitirá que nos destruyan. V 9 “perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos

Si creímos en Jesucristo, si creemos que el transforma nuestra vida. Esta verdad la debemos dar a conocer. V 13 “Pero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: Creí, por lo cual hablé, nosotros también creemos, por lo cual también hablamos,”

Solo si nos proponemos siempre hablar de Cristo, nuestra vida y la vida de los del mundo cambiara para bien y podremos vivir verdadera Paz.

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